martes, 9 de enero de 2018

EL GORDO DE LA LOTERÍA


Versión de unos tunos que no le llegan ni a la punta del zapato.


Recojo la carcasa de la velita que encendí ayer, en el segundo aniversario de su muerte, y al contemplar el hueco metálico vacío, sin cera, pienso: él ha dejado un hueco en mi corazón. Pero casi en el mismo segundo cambio esta versión y siento con alegría que no, que no ha dejado un hueco, que mi corazón está lleno de él.

Mi tía siempre repetía, con sorna,"contigo me ha tocado el premio gordo de la lotería". Pero no, eso no era del todo así: el premio gordo nos tocó a todos los suyos, a todos los que lo queríamos y a los que él quería.
Era el alma de nuestras fiestas: "Los ojos de la española" en su versión macarrónica y con demasiadas erres es la banda sonora de nuestra familia, y siempre lo será, y siempre lo será.

Nuestro compañero de juegos de la infancia: jugando a las misas, él era el solemne cura que siempre nos hacía reír al levantar la hostia invisible; jugando a la pelota en el patio, siempre la embarcaba en la casa de la vecina, y cuando le reñíamos, siempre tenía su mejor respuesta preparada: "no he sido yo, ha sido mi mano".Y nosotros, desesperados por la fuerza del autodenominado hombre de hierro, no sabíamos si reír o llorar, porque claro, nos tocaba a alguno de los dos llamar a la puerta de doña Francisca, rezando para que no le hubiera roto otra mata de azucenas.

Fue el único al que mi padre le permitió burlarse de Franco, con esa parodia suya que tenía todo el salero. En alguna cena de fin de año le colgaba un par de medallas y le daba la vara de antiguo alcalde, y él soltaba su discurso, haciendo el movimiento de la mano tonta del generalísimo a la perfección. ¡Y cómo nos reíamos!

El rey de las grandes frases, de esas estupendas frases que compartimos y que no salen de nuestro círculo familiar, frases magnánimas, sentencias redondas, grandes verdades. Yo siempre que digo"quien repite una vez repite dos", "ya está Manolito Cruz haciendo el tonto", "lo , prima", "yo invito pero tu pagas", "aquí, luchando por la vida tranquilamente" y tantas otras, las encabezo con un "como dijo el sabio".

El patriarca de la familia. Mi primazo Eladio, (síndrome down y sabio), la estrella que tuvimos los que no tuvimos que bregar demasiado con él en las horas duras, el gordo que nos tocó en la lotería de la vida.